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miércoles, 29 de octubre de 2014

Política es sinónimo de comunicar

Mucho se discute respecto a los cambios de la política y de los asuntos públicos en la actualidad. Para nutrir el debate, yo identifico al menos dos situaciones que impactan decisivamente la forma de concebir la política: por un lado, las presiones y organización ciudadana y, por el otro, los avances tecnológicos y la conectividad.

La primera tiene una causa bien identificada: los políticos (algunos) se han distanciado de los ciudadanos…

Los políticos han olvidado las implicaciones del contrato social: el pueblo- en abstracto- es quien elige a sus gobernantes mientras que el ciudadano- en concreto- es el usuario y fin último de la política.

Sin hacer el cuento largo, el ciudadano ha decidido asociarse y presionar como respuesta a este divorcio. Es defensor de las más diversas causas y está decidido a invertir tiempo y esfuerzos antes de sentarse a esperar la respuesta del político.

Sumado a lo anterior, el papel del ciudadano frente a las nuevas tecnologías de la información ha impactado en la construcción de un espacio público en red, creando una auténtica ágora digital.

Los elementos que definen al ciudadano 3.0 son tanto su capacidad de consumo como de producción. En su dinámica de consumo, el ciudadano así pensado tiene un gusto refinado por contenidos de calidad y debates de interés. Al mismo tiempo -al seguir su capacidad productiva- es capaz de reaccionar creativamente (y con humor) ante los asuntos públicos.

Ante esto…

El político debe enfocar sus esfuerzos en reintegrarse a los intereses ciudadanos (sobre todo aquellos que son expresados como causas), debe acortar esa distancia que lo separa del ciudadano y recuperar la idea del contrato social como la base de sus acciones.

La inmediatez de las redes sociales lo obligan también a articular esfuerzos de transparencia, participación ciudadana y colaboración entre actores para la co-producción de valor público.

El político tiene que diseñar alternativas más creativas y novedosas porque estas son las que tendrán mayor sentido para el ciudadano (se podrán comunicar mejor). Será importante asumir causas y mezclarlas con la participación social, es decir, crear conceptos.

Así, la existencia de una ciudadanía cada vez más activa y de un ágora digital cada vez más robusta hacen de la política una actividad de persuasión.  La política se ha convertido en sinónimo de comunicar y solo quienes comuniquen las mejores causas y los mejores esfuerzos permanecerán.

 Algunos ejemplos…

Resultado de mi escrito anterior me han pedido “ser menos teórico y más concreto”. En el mismo tenor del tema que hoy me ocupa -y atendiendo a la sugerencia- recomiendo dar seguimiento a dos conceptos que comienzan a dar de que hablar en Mérida: “Ciudad Segura” y “ReCorriendo” sin duda quienes hoy encabezan estas dos propuestas permanecerán mucho tiempo más en la política.

(Publicado en la Revista Peninsular el viernes 17 de octubre de 2014)


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miércoles, 22 de octubre de 2014

Cuidar la vista, la revista y la entrevista

Hace poco alguien me pregunto: “¿cuál es el principal consejo que le darías a un político?” Después de pensar un momento, respondí con una frase que escuche alguna vez: “Todo político debe cuidar la vista, la revista y la entrevista”.

No es mi intensión simplificar la política en un juego de banalidades. Ni eliminar la complejidad del poder en sus dos dimensiones (potestas-potentia). Por el contrario, la intensión de estas líneas es centrar la atención en algunos aspectos que considero indispensables en toda trayectoria política que se interesa tanto por la construcción de la agenda, la elaboración de políticas públicas como en el hecho de permanecer en un ámbito de por si competitivo como es el de la política.

Vista

Mantener una visión templada de los contextos, de las personas y de los tiempos es indispensable para un correcto desempeño político.

Cuidar la vista no significa ser imparcial u objetivo, significa realizar un constante ejercicio reflexivo antes, durante y después de tomar cualquier decisión. Sin duda este ejercicio dificultará caer en errores o, entrando en ellos, permitirá corregirlos de manera pronta.

Así, cuando hablo de cuidar la vista me refiero a que todo político debe saber tomar decisiones que partan de observaciones claras, que le permitan comprender sus debilidades, aprovechar sus cualidades y responder con resiliencia ante las dificultades.

Revista

Quien ha decidido participar en la política debe comprender que ha abandonado de manera definitiva el espacio de lo privado para habitar y desempeñarse para siempre en el espacio público.

Las acciones del político serán puestas en una balanza por el ciudadano; halagadas en algunos casos, incomprendidas en otros, rechazadas o -peor aún- censuradas si así lo ameritan.

El político se encuentra en una revista donde todo el que quiera puede leerlo: revisar sus redes sociales, observarlo bostezando en el Congreso o mirarlo recostado en un camastro participando de una fiesta.

Cuidar la revista implica diseñar estratégicamente el mensaje y revisar constantemente la congruencia entre lo que se hace y lo que se quiere proyectar. Porque en la política es lo mismo ser que parecer.

Entrevista

Finalmente, cuidar la entrevista es cuidarse -en el mejor sentido- de los medios de comunicación. Porque los medios demandan siempre del político la generación de contenidos. Contenidos que mientras más interesantes e inspiradores sean, serán más difundidos.

Bien harían los políticos al entender esta demanda como algo generalizado: los tendríamos discutiendo los problemas públicos sin cortapisas, lo mismo en petit comité que a gran escala, lo mismo de forma presencial que digital. La sociedad se volvería una gran ágora con debates interesantes y de calidad, con ciudadanos atentos y participativos por la existencia de canales cada vez más innovadores y amigables.

(Publicado en La Revista Peninsular el viernes 10 de octubre del 2014)


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