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sábado, 9 de julio de 2011

Digamos sí a la asociación intermunicipal

El 8 de julio pasado presente en el Congreso del Estado de Yucatán una ponencia a favor de la asociación intermunicipal como oportunidad para el desarrollo.

Reproduzco a continuación dicha ponencia…


En esta exposición intentaré ofrecer un panorama general sobre el tema de la asociación intermunicipal en base a cinco ideas, cinco reflexiones con relación a lo que hay que tener en cuenta en la revisión de los aspectos legislativos del desarrollo regional, y particularmente del desarrollo de los municipios asociados.

La primera idea es: lo asociativo no mata lo local. ¿Qué quiero decir con esto?

Los estados y los municipios tienen atribuciones y funciones establecidas por la Constitución y por las leyes particulares, definidas y funcionales en sí mismas, por lo que el hecho de que exista una dimensión asociativa entre municipios, no afecta de ninguna manera su autonomía o autoridad, simplemente se refiere a un fenómeno distinto, es un fenómeno nuevo que no existía en 1917 cuando se redactó la Carta Magna y que está afectando a una proporción muy grande de la población en todo el país.

La segunda es: los municipios, nuestros municipios, enfrentan muchos retos.

a).- Falta de autonomía fiscal, b).- Incapacidad de llevar a cabo reformas administrativas por sí mismos, c).- Falta de coordinación horizontal y vertical entre los tres niveles políticos, d).- Imposibilidad de una planeación estratégica de largo plazo, e) Imposibilidad de diseñar y estructurar proyectos sustentables de impacto económico y social y f).- Una ineficiente organización municipal. “Mérida por ejemplo enfrenta junto con sus municipios conurbados problemas como la deficiente recolección de basura y disposición de la misma, y una severa contaminación del agua (…) debería tener sentido para los gobiernos municipales de la región metropolitana de Mérida, conformar un Consejo de Planeación Regional para encargarse de estos y otros asuntos” (O.C.D.E. 2007: 204).

La tercera idea es: los servicios públicos son responsabilidad de todos. Es decir:

NO podemos clasificar los servicios y asignarlos a distintos ámbitos de gobierno.

No podemos afirmar por ejemplo, que el agua sea un tema federal y el transporte estatal o cosas por el estilo. Hay problemas de servicios en los distintos ámbitos de gobierno, simplemente el grado de complejidad es diferente y a las instancias asociativas, en el caso del agua o del transporte, por ejemplo, debieran corresponderle solamente las grandes políticas, probablemente las grandes acciones en términos de obras de infraestructura y nada más; ya lo que se refiere a la operación local, a la distribución a nivel domiciliario o de colonias, le corresponde a las otras instancias de gobierno. Es un problema de coordinación y de concurrencia que debe quedar claramente definido en las leyes correspondientes.

En consecuencia un estudio de la OCDE de 2007 plantea que: “la asociación municipal en Yucatán puede ser no sólo la forma más eficiente, sino quizá la única forma para muchas comunidades de recibir servicios públicos”

La cuarta idea es: la flexibilidad es una oportunidad.

La falta de cooperación vertical y horizontal en Yucatán se debe a los rígidos marcos legales y normativos. Sin embargo, muchas políticas existentes a nivel estatal y municipal replican esta inflexibilidad.

“En la medida de lo posible, los funcionarios deben de utilizar los recursos del Gobierno del Estado para romper este ciclo de inflexibilidad, proveyendo incentivos financieros para alentar y mejorar la coordinación y la colaboración entre los municipios en todos los problemas que van más allá de sus límites… Una posible estrategia… requiere que dos o más municipios trabajen juntos por un proyecto común para obtener fondos gubernamentales” ( O.C.D.E. 2007: 204 ).

La última idea: políticas públicas asociativas para el desarrollo.

La coordinación de la política de desarrollo debe partir de una visión integral de los procesos municipales y por lo tanto, de una visión integral de las políticas e instrumentos de gestión que pasa por la configuración de políticas para el desarrollo desde el diseño e implementación de acuerdos intermunicipales.

Sin olvidar la planeación participativa… la integración de una eficiente cartera de proyectos y de instrumentos participativos que garanticen en el largo plazo la continuidad de los acuerdos sociales alcanzados en el proceso.

En este sentido, la asociación intermunicipal debe garantizar la congruencia en las acciones y esfuerzos realizados en cada localidad por los diferentes órdenes de gobierno, dar congruencia a las intervenciones en materia de políticas públicas y permitir integrar, de manera equitativa y sustentable, las distintas regiones de nuestro Estado.

Así, deben establecerse instrumentos de coordinación, cooperación, concertación y gestión, basados en la asociación intermunicipal, que permitan la construcción de una nueva institucionalidad territorial, a través la planificación, inversión y evaluación de las políticas públicas de desarrollo.

En síntesis:

La asociación intermunicipal es necesaria, es una oportunidad de mejorar los servicios públicos pero sólo será funcional si se generan las condiciones suficientes para ampliar las capacidades de los municipios a través de mecanismos flexibles y participativos instrumentando políticas públicas para el desarrollo e incentivos claros para fomentar la asociación, como la creación de fondos concurrentes y Consejos de Planeación Regionales.

Porque el desarrollo nos espera, digamos sí a la asociación intermunicipal.

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